Le toca la lotería y no vuelve a trabajar porque “odia su trabajo”

Muchos son los casos de afortunados ganadores de lotería que continúan con su día a día y su trabajo, a pesar de haber visto aumentada su cuenta corriente de la noche a la mañana. Historias de ganadores que juegan de forma individual o que deciden compartir sus apuestas y de esta forma, también su fortuna.

Compartir apuestas de lotería es muy habitual, probar suerte con amigos, familiares o jugar en peñas o grupos hace que las probabilidades de conseguir premio sean mayores.

Pero distinta es la situación que vivieron cinco compañeros de trabajo canadienses que fueron a comer y decidieron jugar el dinero que sobró de la cuenta en un boleto para la lotería. La suerte les sonrió y les tocó un millón de dólares. Hasta aquí todo parece perfecto, pero no, no fue así para ellos. El encargado de custodiar el boleto huyó antes de que el resto se enterara de su fortuna y se fue a su país natal, Tailandia.

Esto nos hace pensar en que, a la hora de compartir apuestas, debes hacerlo de forma segura, sin que ningún amigo traidor pueda fugarse con el premio. Esto es imposible que te pase jugando en los fondos y peñas de Lottofy en los que tus premios van directos a tu saldo.

Y a la hora de hablar de trabajo y compañeros de trabajo, quizás el sueño de muchos al jugar a la lotería sea no tener que volver a poner el despertador para ir a trabajar y dejar de ver la cara de su jefe cada día. Bien, pues el protagonista de esta historia lo hizo realidad.

Deja de trabajar porque lo “odia”

La historia de este hombre australiano, que no ha querido desvelar su identidad para quedar en el anonimato, es la de un honrado trabajador que salió de tiendas una mañana de sábado y aprovechó para comprar un boleto para el sorteo de ese día en TattsLotto.

El afortunado no solía jugar a la lotería, pero ese día la suerte estuvo de su parte y se convirtió en uno de los 14 ganadores de la máxima categoría del sorteo. El premio para cada uno de los agraciados era de casi un millón y medio de dólares australianos, unos 900.000 euros al cambio.

Como bien decíamos, este hombre no solía jugar a la lotería, por lo que cuando le contó a su esposa la noticia, la sorpresa fue doble. Según cuenta el ganador: "No le había mencionado la decisión a mi esposa, así que el domingo le dije ‘bien, voy a revisar mi boleto de lotería para ver si no tengo que ir a trabajar el lunes’. Entre en la web, revisé mis números y me di cuenta de que no tendría que hacerlo. La llamé para que lo revisara conmigo y, después de que ella también lo viera… ¡ambos empezamos a gritar!"

Él lo tenía claro, no volvería a su trabajo y lo primero que haría sería pagar la hipoteca. Además, se estaba planteando estudiar o invertir una parte del premio, aunque lo que tenía claro es que, por el momento, iba a ser un buen amo de casa. "Odio mi trabajo, así que no puedo esperar a poder dejarlo, pero a mi esposa le encanta lo que hace, por lo que seguirá trabajando. Podría usar este tiempo para estudiar algo nuevo, pero por el momento, ¡creo que solo seré un buen amo de casa!"

¿Un dinero que les llegó como caído del cielo y les cambió su vida, ¿y tú, harías como este afortunado y dejarías de trabajar o eres más como la esposa que le apasiona su trabajo?